Cuando el año está llegando a su fin, y las vacaciones se van convirtiendo en el único destino, todos nos sentimos como más cansados y agotados. A lo mejor estamos así desde hace rato, pero en esta época se nos expresa mejor en el cuerpo.
No alcanzan las horas de sueño, y tenemos un agotamiento físico y emocional tan intenso, provocado por el estrés, que sólo deseamos no hacer nada. Se trata del síndrome de burnout (o del quemado).
No sólo le hace mal al individuo, sino que repercute en la empresa ya que puede haber equivocaciones, ausentismo, riesgos de accidentes y costos legales, entre otras consecuencias.
Este síndrome es “un proceso de estrés crónico en el que se van perdiendo progresivamente las capacidades laborales y competencias personales -para responder adecuadamente a las exigencias del trabajo- hasta concluir en la sensación de desgaste total”.
Se manifiesta a través de la angustia y sus equivalentes físicos: palpitaciones, sensación de falta de aire o de tener una pelota en el estómago, sudoración en las manos, trastornos del sueño, fatiga aumentada, cefaleas, etc. Además, se tiene “irritabilidad, cinismo, desinterés, intolerancia en el trato interpersonal, descuido personal y social y una gran sensación de desesperanza".
Por lo general lo sufren aquellas personas relacionadas con la asistencia y el cuidado de las personas, o aquellas que se encuentran en puestos donde se tiene gente a cargo.
¿Se puede prevenir? claro que sí. Aquí tienes unos simples consejos para evitarlo.
- No tomar café, bebidas cola, mate o té, ya que aumentan la actividad corporal.
- Realizar deportes, ya que ayuda a la relajación.
- Organizar el tiempo y las actividades; para así tener un tiempo para descansar.
- Hacer frente a los problemas.
Vía: La Nación
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lunes, 10 de diciembre de 2007
Síndrome de burnout: el agotamiento profesional
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